19.Sentimos su pasión, el optimismo de su corazón y lo que yo llamaría entusiasmo “mediterráneo”, pero al mismo tiempo sentimos y valoramos su presencia serena y tranquila.
20.Nuestro optimismo en cuanto al cumplimiento de las aspiraciones de Moldova se basa en la firme voluntad de que toda la sociedad debe movilizar sus recursos para cumplir ese objetivo.
20.Ser optimista es necesario, pero después uno tiene que entrenar, trabajar, practicar, estudiar, fracasar y volverse a levantar, intentarlo de nuevo.