Tras una nueva inspección, los oficiales descubrieron que no había fuego, solo eructos y flatulencias de más de 2.000 cabras transportadas en la bodega.
No existe una fórmula mágica para quitarse el hipo, lo mejor es distraernos con otra cosa y cuando nos volvamos acordar de él, seguramente ya habrá desaparecido.
En verdad, señor -dijo Sancho-, que uno de los consejos y avisos que pienso llevar en la memoria ha de ser el de no regoldar, porque lo suelo hacer muy a menudo.
Había venido a Roma en aquella primavera radiante en que Pío XII padecía una crisis de hipo que ni las buenas ni las malas artes de médicos y hechiceros habían logrado remediar.
Hay trucos de los más variados para frenar el hipo, beber por el lado equivocado de un vaso de agua, contener la respiración diez segundos, un susto, morder un limón o beber agua fría rápidamente.