La región africana considera que la reforma de la Organización es una oportunidad para corregir injusticias históricas que se mantienen como un nubarrón sobre nuestro pueblo.
Sobre la vegetación se amontonaban cielos inmóviles, empanzados de beber agua en el mar, con las uñas de sus rayos escondidas en nubarrones de felpa gris.
Entonces, Chibchacún, dios del bien y el mal, tiñó los cielos con nubarrones negros y mandó caer una llovizna que se transformaría en un violento aguacero que terminó arrastrando en pocas semanas viviendas, cultivos y animales.
Y la primera palabra fue gracias, pronunciada con tales franqueza y naturalidad que despejó los enojosos nubarrones que se habían cernido a su alrededor, tocando inmediatamente sus sentidos, invitándole a escuchar con atención.