Más de 10.000 civiles —de hecho, todos los habitantes de la aldea— fueron desplazados durante ese cruento ataque, y muchos de sus hogares fueron incendiados y saqueados.
Ambas noticias reflejan en toda su magnitud el cinismo y la desvergüenza que acompañan el actuar del Gobierno de los Estados Unidos y la falsedad e hipocresía de su pretendida cruzada antiterrorista.
Estos desafíos se relacionan fundamentalmente con los orígenes de la guerra, incluida la cínica manipulación de políticos inescrupulosos con respecto a las necesidades humanas básicas: el sustento, la seguridad, la justicia y el respeto.